
El restaurante, situado en la parte baja del edificio, obliga a bajar por unas escaleras de piedra. Ya en la planta baja, dos cosas nos sorprenderán; por una parte el techo que está pintado y una terraza acristalada. Realmente bonito, haciéndonos retrocer en el tiempo y trasladándonos a otra época.
Tiene una buena carta a precios prohibitivos. Para cenar o comer a un precio razonable se puede ir a la hora en que se oferta un menú por doce libras. Por la noche, a partir de la 10,30 con reserva.
Merece la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario